
Dicha amanecida:
A la dama hermosísima,
irisado le canto, como denso cristal,
irisado de luces y predilecciones,
reverdece mi solo llano,
como campo de un azul que Ario reblandece,
en miles coágulos de viento,
y rocío de hojas, penitente,
transparente de ansia germina,
su lisa desnudez mordiente,
Oh de radios temblorosos,
va ella vestida de hoja bella,
Como nieve recién asentada
y lágrima extasiada, cae su rayo,
de gota su rocío de alma en flor,
de astro en tierra mi ánima iluminas,
como caricia trémula
y tenue imagen brotando,
al peso mis párpados anisados
tu perfume arde y levanta,
Tú de belleza múltiple,
incuestionable,
Insobornable de alma en filo candente,
que hasta los sentidos traspasas
y vuelves y quedas nuevamente diosa de Alba,
Hermosa que dulzura brillar concibo,
ternura ligada en jardín soberano y delicado,
Vine por tus cuestas de abajo,
ablandando mis metales,
tu puridad, de cristal, pura,
Oh la gloria, gota de rocío permisiva,
asedia y avasalla mi fuente eterna,
embeberé tu cauce, de sangre y néctar.
Förüq castellano er-lobo bohemio Esteban
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